jueves, 4 de diciembre de 2008

Bitácora etc...

Cabernet por dos. Un disco y un vino. Ir como quien no va, ver una vidriera y sí, eso me faltaba. Todavía no sé porqué. El mismo Harry no lo sabría, cómo ni cuándo; las líneas del tractat lo hubiesen omitido, y el lobo estepario no liba ni oye tal cosa. Yo solamente sabía que faltaban. Los compré.
La casa, la guarida. Los restos de carroña que deja la vida sin sentido, y en el fondo, la navaja de afeitar. ¡Qué delirio! Los días se consumen desde la punta y cuando les llego al filtro, me aprisiona algo el pecho, se me contrae el hígado, se me resienten las arterias y una pitada de tabaco se siente tan lindo. Aros de humo: ¡Qué terapia!
Dormir es raro, apenas si llega el sueño cuando sale el sol, y aún ahí se hace rogar. Pero, con suerte, llega. Y entonces: víboras. Odio soñar con víboras. De chico eran un mal presagio, una mala nota, una tunda, trece canicas menos o sopa en el almuerzo (y de carambola en la cena). Odio soñarlas. Y ahora más que nunca porque no encuentro la razón de su visualización. Las víboras de mis sueños se traducen en seborrea cerebral, en distracciones, en agoreros reptiles que me dicen: así te arrastrarás, en paranoia. Los reptiles de mis sueños huelen a traición, pero ¿a qué traición? O mejor dicho ¿traición de quién? No creo que existan interesados para tan estúpida empresa, tampoco candidatos, tampoco razones, tampoco formas. Las cavilaciones me sugieren que quizá el traidor sea yo mismo. Es duro verse a uno mismo tendiéndose una emboscada; no consuela saber que la navaja de afeitar (o el plomo o la cuerda o el abismo) es propia elección, es atajo aisladamente premeditado, hurtado de alguna historia, presentido de algún sueño (¿de alguna víbora?). Ya he imaginado las formas, he imaginado el momento. Me di cuenta de que sólo espero la señal, la bandera, la campana, el objeto que es fin y que sabe a "ahora o nunca".
La libertad se convierte en cárcel cuando deja de ser liberación. ¿hacia dónde me llevará ese conducto? Duermete niño, duermete ya, que vendrá el destino y te...
Ayer la soñé, entre las víboras, o tal vez ella era una de las víboras, no lo recuerdo, pero no me atrevo a ponerle ese nombre. Ella no tiene la culpa... pero la soñé. Quise seguirla, tomarla, exprimirnos. Dudé. Vino ella. Me mordió. Desperté. Luego el mismo sabor amargo en la boca del espíritu, como una nausea, repitiéndose, atragantándome el espíritu, rompiendo las cuerdas vocales y ya viendo, como a través de un parabrisas mojado, que no vale la pena. Y quizá esa sensación de perder la vida en la mordida fue tan placentera que los demonios de mi historia ya se burlan nuevamente, porque el cielo ya no huele a la amalgama de caminos entremezclados, de historias anudadas en un beso de fusión, en destinos que, paralelos, se tocan en todos sus puntos, circunferencias exactas de ella y yo que se superponían sobre el presente mismo y nos perdían en la necesidad de morir ahí, consagrados, con el torneo y la copa en el bolsillo, con la sensación de pertenencia propiedad como elixir, como incienso de nuestros ritos amorosos, de áureo climax aniñado y senil, fugaz y eterno aun tiempo, inverosímil... ¡Maldita certeza de saber que aquí reina el orgullo! Al carajo el psicoanálisis, el conductismo, el materialismo histórico y los diez mandamientos. La vida está signada, siempre lo está, pero por víboras, histerias, paranoias y un disco que se llama como un vino. Sí, todo es decisión mía, toda resiganción o motivación provienen de mí mismo, porque, como dice en las páginas de una rayuela: es "duro renunciar a creer que una flor puede ser hermosa para la nada; amargo aceptar que se puede bailar en la oscuridad". ¡Salute!

5 comentarios:

karina Androvich dijo...

Bello. Hace bastante que lo leí y tuve problemas con mi pc ahora resueltos.
Tus letras despojadas me caen como el placer inexplicable de los círculos de humo del cigarrillo de tu texto.
Me veo en esa diversidad filosófica, emocional, asociativa y contradictoria.

Señas de chau
(de una engullida por diciembre)

karina Androvich dijo...

Brindis con cabernet!!!!

Felicidades.

Paco Payán dijo...

Lobo estepario,Cortázar,vino y dosis de tabaco, atascada combinación entre serpientes y estilo que me agrada cada vez que dejas algo nuevo por aquí...

Un gran saludo

Anónimo dijo...

¿hasta donde me lleva este conducto?
me lo pregunto todas las noches cuando apoyo la cabeza en la almohada.
justo hoy pense mucho en la libertad.
telepatia.atrasada.
yo tambien senti q te conocia.
saludos.
de lunes por la madrugada.
casi martes.
adios

Anónimo dijo...

.its me